Las ventajas
1. COMODIDAD
Sí, llevar unos auriculares inalámbricos es muy cómodo. De hecho, su principal ventaja es su propia definición: sin cables. Se acabó desenrollar el cable para poder escuchar una canción, se acabó tener que esconder el cable, se acabó que el cable nos moleste al movernos.
2. DISTANCIA
El cable limita la distancia a la que podemos movernos alrededor del dispositivos de sonido. Los cables acostumbran a ser de 1-1,5 metros, por lo que ese es el radio de acción. Está claro que ‘inalámbrico’ no significa ilimitado, pero habitualmente permite un rango de movimiento mucho mayor, de hasta 8-9 metros con respecto al emisor del sonido.
3. MÁS CONTROLES
Los auriculares inalámbricos son algo más que auriculares. Acostumbran a incorporar otras funcionescomo el manos libres o botones de control del volumen, además de paneles táctiles o de avanzar/retroceder canción. Son más funciones, pues, para controlar el dispositivo.
4. CONEXIÓN A VARIOS DISPOSITIVOS
Otra de sus ventajas es que se puede cambiar de dispositivo sin tener que cambiar el cable. Es decir: no tenemos que quitarnos los auriculares para pasar a otro dispositivo, sino simplemente vincularlo con el nuevo aparato.
5. MODA
Por último, los auriculares inalámbricos, no nos preguntéis porqué, pero tienen un diseño habitualmente más cuidado que el de los que tienen cable. Hay modelos para deportistas, pero también para los más ‘fashion’. Al no tener cables, además, quedan mejor.
Las desventajas
1. INTERFERENCIAS
Sí, amigos, todo lo que viaje sin cables puede sufrir interferencias, y más en un entorno tan y tan cargado como el actual. En los estudios de grabación se van a continuar usando auriculares con cables, porque estos son los únicos que pueden garantizar que habrá cero interferencias, es decir, no habrá cortes en la transmisión. No tiene porqué pasar, pero podría haber problemas con los inalámbricos…
2. MÁS CAROS
Unos auriculares wireless implican pagar un mayor precios. No hay color entre el coste de los materiales para conectar el terminal por la vía del cable que por la inalámbrica. Se paga el diseño, la conexión y también las funciones extra. Para una misma calidad, pues, el coste de los inalámbricos es mayor.
3. BATERÍA
Como todo artilugio electrónico, los auriculares inalámbricos precisan de algo tan simple como ser recargados. Si todas las noches tienes que cargar tu teléfono y tu ‘smartwatch’, es probable que si eres un usuario intensivo de auriculares también vayas a tener que alimentar tus auriculares wireless. Además, el dispositivo que emite la señal acústica también verá como su batería se agota antes.
4. PÉRDIDA
Si algo bueno tiene el cable es que abulta y que hace mucho más sencillo encontrar los auriculares metiendo la mano en un bolso, por ejemplo. El no tener cables, sobre todo en el caso de los auriculares más pequeños, puede comportar una pérdida más sencilla, por no saber donde los has dejado o porque se caigan y no te des cuenta.
5. DIFICULTAD DE USO Y COMPATIBILIDAD
Pues sí, todo el mundo no tiene porqué saber cómo conectar unos auriculares sin cables a sus dispositivos, ni todos los dispositivos tienen por qué tener conexión inalámbrica. Los transistores de toda la vida, obviamente, no tienen bluetooth ni infrarrojos, y incluso puede haber problemas con algunos móviles. En cualquier caso, hay que comprobar qué sistema de conexión requieren los auriculares deseados y si los aparatos con que lo vamos a usar son o no compatibles.